Balance de cara al futuro

El ciclo económico estuvo signado por la restricción externa. La necesidad de divisas para importar insumos o bienes de capital en el modelo de sustitución de importaciones generó una relación directamente proporcional entre las tasas de crecimiento de la economía y las importaciones. Esta relación empeoró luego del peso de la deuda dejó de legado el gobierno militar y que hasta 2003 los diferentes gobiernos incrementaron. Así, la economía no sólo necesitaba dólares para las importaciones sino también para pagar intereses y capital de deuda.

A partir del año 2003 se implementó una política macroeconómica que permitió aprovechar la mejora de los precios internacionales de las commodities agropecuarias para cambiar las características del ciclo argentino. La combinación de un tipo de cambio competitivo, combinado con la intervención del BCRA comprando el superávit comercial vía emisión monetaria y esterilizándola a través de la colocación de títulos, con controles de capitales y administración de la volatilidad cambiaria dando estabilidad de mediano y largo plazo, permitieron generar señales de precios y rentabilidad en favor de los bienes transables.

A esto se le sumó una política de derechos de exportación para garantizar un equilibrio de rentabilidades entre las distintas actividades y aplacar los efectos inflacionarios por el traslado de los precios internacionales al mercado doméstico. En este contexto macro se realizaron políticas de desendeudamiento que llevaron el peso de la deuda flotante al 20% del PBI. Esto permitió que otros de los lastres históricos de la economía argentina desaparecieran.

En materia externa este año se observó una mejora en los precios de las commodities agropecuarias, y la conjunción de distintos factores permitieron aumentar los ingresos por exportaciones primarias en un 69%. Sin embargo la estrategia de diversificación de mercados de exportación, profundizada desde 2003 en acuerdos comerciales con los países miembros de UNASUR, también dejaron una excelente performance de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) cercano al 32% que en conjunto garantizan un superávit comercial para 2010 del orden de los 11 mil millones de dólares. Si a esto sumamos que existe una caída en la formación de activos externos, vulgarmente llamada fuga de capitales, relacionado con la fuerte incertidumbre internacional y los bajos rendimientos de los activos externos, encontramos fácilmente la explicación que a pesar de haber utilizado casi 7 mil millones de reservas para el pago de deuda, el saldo para el BCRA siga siendo positivo en este año en esta materia.

En materia fiscal luego del período de necesaria intervención contracíclica a nivel gasto en el marco de la crisis financiera internacional el sector público ha vuelto a operar con superávit primario y financiero y las condiciones en materia comercial y de actividad económica permiten suponer que seguirán siendo favorables para mantener este superávit. En este sentido durante 2010 la recaudación creció más rápido que el gasto.

Existe un consenso entre los economistas que las condiciones del mercado de commodities no cambiaran y esto impacta en favor de nuestras exportaciones de commodities, pero también al favorecer a nuestros socios comerciales apuntala nuestra venta de MOI por lo que el superávit comercial garantiza que no existirá restricción externa.

El desafío para el año 2011 es aprovechar las excelentes condiciones existentes para aumentar la inversión de los actuales 22% del PBI al 25%, las condiciones de demanda están garantizadas y el desafío es generar las herramientas para financiarla.




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Análisis de Iván Heyn - Presidente de la Corporación Puerto Madero

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