Peronismo disidente: un viaje al pasado

Sacar los pies del plato para intentar recomponer un espacio de peronismo más afín a los modales y a las políticas de los noventa, cuando la alianza estratégica del menemismo con el neoliberalismo hegemonizaba la escena política en la Argentina, es la síntesis a la que llega el peronismo disidente.

Las decisiones políticas que dividen aguas entre los caudillos herederos del conservadurismo popular y las políticas progresistas de este gobierno, son difíciles de aceptar en materia económica y cultural, pero sin dudas que el crecimiento innegable de la figura de Néstor Kirchner en el seno del partido y la recomposición de la imagen gubernamental luego de la crisis del campo y las elecciones de mitad de mandato de junio del 2009 son indigeribles.

Hoy, igual que ayer, esos dirigentes polifuncionales a los verdaderos dueños del poder, intentarán nuevamente con la liturgia y el folklore peronista, restaurar la alianza estratégica del conservadurismo-popular y el neoliberalismo económico.

Es un contrasentido que los históricos caudillos -que bregaron en la década de los noventa por no romper la unidad, a pesar del notable cambio de rumbo impartido por el caudillo riojano, y de la profundización de medidas contrarias a las bases programáticas del primer peronismo-, hoy llaman a reconstruir el llamado peronismo federal, sin definir los ejes centrales de su política tanto en materia económico-social, ni su postura ante los temas esenciales de la unidad latinoamericana, expresada en la Unasur, como resultado de las luchas antioligárquicas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay y la implosión del modelo neoliberal en Argentina y Brasil, que han podido construir una novedosa y fructífera autonomía en relación con los mandatos del gran país del norte.

Las declaraciones de Rodríguez Saá, apuntan a encontrar fórmulas de entendimiento entre la diáspora dirigencial que se alejó del proceso abierto en mayo de 2003 por el gobierno de Néstor Kirchner y profundizado por la actual Presidenta, pero lo que no dice, explícitamente, es su voluntad de atraer a sus filas a la corriente neoliberal.

Un elemento clave para recrear la alianza neoliberal-menemista del pasado es la voluntad política de incluir en el espacio de la disidencia peronista a la pata no peronista encarnada por el procesado jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri. Es una necesidad de subsistencia política para competir con el Gobierno y con el radicalismo y sus posibles aliados socialistas. Aunque Duhalde diga que no, lo considera imprescindible si puede superar el proceso judicial; aún, cuando las encuestas ponderan una caída de imagen de manera estrepitosa.

Concluyendo, la única manera de lograr su cometido y de sellar la alianza estratégica de los noventa, es conformando por afuera del Partido Justicialista un espacio articulador del conservadurismo-popular expresado por los caudillos peronistas de derecha y el neoliberalismo aggiornado del ingeniero Macri.

Nos vemos,



Aportes de Jorge Muracciole

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