El fútbol argentino es una timba

La ineptitud de los dirigentes del fútbol argentino, los de ahora y sus antecesores en al menos las dos últimas décadas, consiguió lo que no pudo la gripe A ni las decenas de muertes producto de la violencia dentro y afuera de las estadios. Ayer no comenzaron, como estaba previsto, los campeonatos del ascenso, y hoy por hoy, tampoco existen pistas firmes para que el viernes 14 de agosto arranque el Apertura de primera división.

La razón es tan simple como obvia: los clubes de Primera, la B Nacional y la Primera B les deben a los futbolistas un total de 40 millones de pesos. Pero esta historia que no sorprende sí tiene, como primera medida para el análisis, un dato poco común: la AFA, que es como decir Julio Grondona, y Futbolistas Argentinos Agremiados plantaron bandera juntos, con idéntico discurso.

Desde ambos sectores han convenido que así no se puede volver a jugar oficialmente. Y la AFA se puso un plazo para los clubes que la integran: si el próximo lunes no se cancelan esas deudas, todos los torneos seguirán parados.

¿Qué es lo que ha cambiado ahora en una situación que se viene dando desde hace ya varios años? Suponer que se trata de un éxito de la presión que puso el gremio de los jugadores es un eslabón pequeño del episodio. Acá, la que ha jugado fuerte fue la AFA, o sea Grondona.

Y por ahí es donde aparecen los primeros síntomas de la movida armada por el propio Grondona. El todopoderoso presidente de la AFA entendió que éste, y no antes, era el momento de ir a la carga con un par de proyectos que tiene guardados desde un tiempo atrás. Uno es el de buscar más dinero en el contrato polémico que él firmó con los dueños de los derechos televisivos. El otro, el más ambicioso, pasa por presionar al poder político para imponer el Prode bancado.

No es tan casual que la AFA haya esperado a que concluyesen las últimas elecciones para ir a la carga con esto, aunque también es cierto que el Clausura terminó casi a la par de la votación del 28 de junio.

¿De qué se trata el Prode bancado? Del sistema de apuestas deportivas por teléfono y por Internet, un negocio que en el 2008 arrojó en el mundo unos 20 mil millones de dólares, una cifra que se triplica en el ámbito clandestino.

Y para esto, Grondona necesita un fuerte guiño político del Gobierno, pues la actividad no está permitida en el país. No es poco de lo que se habla. Las estimaciones del Jefe de la AFA para este negocio trepan a los 35 millones de dólares, que tornan ridículos los 480 mil pesos que está dejando actualmente el Prode convencional, aquel que en 1972 creó Francisco Manrique.

Que los dirigentes del fútbol argentino, o mejor dicho Grondona, apelen a la timba para salvar las economías de los clubes es una muestra visible de la esquizofrenia que se mueve alrededor de la pasión más popular de estas tierras. Es una nueva pauta de cómo la pirámide se sigue armando al revés.

Lo primero que deberían hacer los clubes, a través de los dirigentes, es sanear el fútbol, y eso no se logra con ayudas extras. Ni de la tele, ni de la timba, ni del Estado. Si se revisa lo actuado en las últimas dos décadas no hay que ser muy lúcido para afirmar que lo que pasó en los clubes es que los han desfalcado con administraciones en la mayoría de los casos escandalosas.

Basta con revisar a buena parte de los equipos de Primera en los últimos campeonatos: ventas multimillonarias, compras estrafalarias, danza incontenible de técnicos con sus respectivas indemnizaciones, promesas incumplidas, denuncias de estafas, vaciamiento en algunos casos.

Sólo hay que revisar un poco la historia. En su momento, Grondona sacó la billetera y fue en auxilio sobre todo de los dirigentes afines. En la entrevista con La Nación, el Jefe de la AFA dejó al respecto una sentencia que permite varias interpretaciones: “Tal vez fui demasiado bondadoso; he dado dinero, mejor dicho la AFA ha dado mucho dinero, y así se les dio la oportunidad de gastar de más. Es igual a una familia...”

Más allá de que esta frase de Grondona agrega un dato a la sospecha sobre su intención de tener bajo su absoluto control a todos los clubes, lo cierto es que esos mismos dirigentes a los que se les dio crédito abierto en los últimos tiempos son los que manejarán el dinero extra que se intenta hacer ingresar ahora. ¿Qué garantías hay de que lo usen con criterio? ¿Y qué garantías hay de que esta AFA les marque el camino?

Máscaras. Por eso, que Boca y River se hayan paseado en estos días en torneos internacionales con los poderosos del fútbol mundial (más Boca que River, es cierto) es una máscara más de las tantas que ofrece la pelota doméstica. La realidad es que en estos días se anunció que una edición del superclásico se disputará en Bolivia.

Máscaras como las que también ofrece el seleccionado nacional, en el cual en vez de discutirse cómo jugar se gastan horas y horas sobre en qué estadio conviene jugar. Ya está. Con Brasil será, a pedido de Diego Maradona y de los jugadores, en Rosario. River no servía. ¿Y si se pierde también con Brasil, qué diremos?

Máscaras de un fútbol devaluado que de un torneo a otro en el mismo año se quedará, por dar sólo algunos ejemplos, sin jugadores como Rodrigo Palacios, Radamel Falcao, Daniel Montenegro, Javier Pastore y Mariano Andújar.

Máscaras como lo de la timba. Porque, lamentablemente, el fútbol argentino es eso mismo. Una timba.

Nos vemos.


Sobre textos de Jorge Búsico, SUR

Comentarios

Emmanuel ha dicho que…
GRONDONA, RENUNCIE YA!
Pepe Dazzo ha dicho que…
"Nunca fui socio de Julio, sino que tuvimos una asociación, a partir del año 91 con la AFA y no con Grondona. En ese momento, oportunamente, ello lo ayudó a Julio a consolidar su posición en la AFA debido a la nueva economía, que le daban esos derechos de televisión", aseguró Ávila.

"El fútbol argentino está en una posición fantástica como para poder rehacer su economía. Pero para eso hay que saber y el único hombre que creo que le puede dar una vuelta a todo esto soy yo, por el conocimiento que tengo de cómo se armó este negocio, que lo armé yo, de cómo y cuáles son los problemas que hubo y qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no hay que hacer", concluyó.

CARLOS AVILA ES MODESTO TISERA