El acertijo de creer o no creer en Dios

Con todo respeto intelectual la Fe- que responde a la ciencia teológica- también podría ser un acertijo. ¿Quien no tiene Fe, tiene la culpa de no tenerla? ¿O es Dios quien tiene la culpa por no tener la generosidad de otorgársela? ¿La Fe se busca o viene, se piensa o se siente? Si Dios todo lo sabe y lo puede no debería haber nadie eximido de su dominio. Aunque también podría ser que quien cree en “no creer en Dios” no sea más que parte del acertijo que Dios propone para probar nuestra inteligencia. Según el Conicet y cuatro universidades nacionales, la Argentina católica ha disminuido casi un 15 % respecto de la de hace medio siglo.

Si es poco o mucho es una consideración que escapa a mi ignorancia. Personalmente sigo considerando un milagro que en tiempos científicos como estos haya todavía tanto lugar para seguir creyendo en el cielo y el infierno. Salvo que el cielo y el infierno ya los estemos viviendo sin necesidad de viajar al otro mundo. Y que esto sea una estrategia de Dios para seguir entreteniéndonos con un señuelo del que nadie vivo puede dar pruebas de alcanzarlo en la otra hipotética vida. Reconozco que yo mismo no sé si en alguna situación de extremo terror cósmico no ruegue de rodillas ¡Dios mío! como un corderito asustado.

Esta disminución de fieles católicos , sin embargo, no impide que 9 de cada 10 argentinos crea en Dios. O dicho al revés: de cada 10 argentinos hay 1 solo que no cree. De este resultado numérico surge que apenas una minoría del 10 % es atea. O agnóstica. Y eso sería considerar que unos 3.800.000 habitantes de nuestro país están fuera de la Fe. Ignoran o descreen de Dios.

Así como los otros 34.200.000 millones son creyentes. Nuestro país es religioso por tradición, aunque esa religiosidad no consiga torcer en casi el 70% de los católicos, su opinión favorable al aborto en contra de lo que el Papa prohibe. Los resultados de la encuesta avalada por especialistas en religión revelan además que más que el alejamiento de la gente de la creencia divina pesa su alejamiento de los representantes y autoridades de la Iglesia. “A mi no me vengan con los curas: una cosa es Dios y otra son ellos”, cultiva el rumor popular. Algunos obispos concupiscentes famosos hacen lo posible por justificarlo. Aunque también hay otros que se sacrifican por quitarle fundamento. No es raro entonces que ante esta distancia casi el 70 % de creyentes no cree que el Estado deba pagar el salario de obispos y pastores. En este trabajo de campo adquiere relieve la suma de fieles evangélicos que influye más por su militancia que por su 10% de creyentes. Pero lo cierto es a pesar de algunas otras desconfianzas- como que la mitad de los argentinos dice que el Estado: o financia a todas las religiones por igual o a ninguna- la mayoría de la gente cree en Dios.

¿ La hace más feliz esta creencia? ¿ Es menos desdichado el que tiene Fe que el que tiene conciencia de su soledad humana? No lo sé. Tampoco sé si quienes responden han sido inspirados por Dios o por el Diablo que quiere que haya creyentes para no perder su lugar de opositor. Si a mi me hubieran preguntado, yo mismo me habría sorprendido por mi respuesta. Hubiera respondido que creo en Dios.

por Orlando Barone

Nos vemos

Comentarios

Desde el corazón de la soja ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con Barone, hay que pedir la separación de la iglesia del estado y que los católicos sostengan su culto como hacen el resto de las religiones. En este momento debe ser de los laburos mejores ser cura; sueldo . obra social, vacacioenes, retiro y viajecito a Europa cada tanto. Y apesar de eso no logran que aumenten la cantidad de vocaciones! Esta desprestigiado el clero.? Y....uno ve alguno de estos y piensa....este fulano conquien yo hablo, será un pedófilo?
johnny monsanto ha dicho que…
En Alemania, usted cuando comienza su vida laboral, en una ficha aclara a que religión pertenece, asi ua pequeña parte de lo que tributa va para su credo. En mi caso tendria que ser para ninguno.
saludos y buen findex (no pascuas)